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On writing

Página de un diccionario inglés - checo

El otro día estaba concentrado procrastinando y leía un artículo sobre Polylang, un plugin para WordPress que facilita crear contenido para un sitio web plurilingüe. Estaba a punto de instalarlo para probar, pero me detuve antes de hacer click. ¿Lo necesitaba realmente? ¿Por qué?

Es interesante considerar por qué escribo acá exclusivamente en español. Al blog solo llegan los artículos o las historias terminadas, pero la creación y edición son otra cosa. Durante el camino hacia el resultado final, paso por un híbrido deforme de inglés y español con ocasionales intervenciones del latín, cuando le erro a alguna tecla tipeando frenéticamente mis ideas.

La razón más obvia es la audiencia, a fin de cuentas un blog es un producto más, y no se puede crecer como vendedor si no establezco primero cuál es mi público objetivo. Originalmente comencé un blog para documentar mi vida diaria, y compartirlo con personas cercanas. Como vivo acá en Argentina estas personas no necesariamente hablan inglés, así que la elección es simple.

Ahora bien, profundizando un poco más, elegir el público objetivo también está relacionado con ciertas expectativas que se tienen sobre lo que voy a escribir. Personalmente prefiero leer libros en español solo cuando es el idioma original, por ejemplo, porque me pasa el “efecto doblaje” como en las películas. Seguro notaste que Argus Filch (Harry Potter), el Duende Verde (El hombre araña), Grima (El Señor de los Anillos) y el Sr. Cara de Papa (Toy Story) hablan exactamente igual. Cuando estoy leyendo novelas traducidas al español, muchas me parecen idénticas, escritas por la misma persona.

Esto también afecta cómo fluye la idea desde el pensamiento a la hoja (pantalla). El español es mi lengua materna, así que todo se siente pegado a la piel, profundo. A veces quiero sentarme a escribir después de un día largo, pero se siente como engranajes internos cubiertos de aceite viejo y pegajoso, que se resisten a moverse. Me pregunto si será porque como conozco muy bien el idioma, admito menos errores, así que me cuesta separar el juez del artista.

En inglés, en cambio, conozco menos palabras y tengo mayor soltura, las ideas se filtran como arena por los dedos. Me fascina que uno puede poner prácticamente cualquier palabra en cualquier lugar de una frase y seguir construyendo sin destruir totalmente la gramática. O quizá no es el caso, pero lo ignoro porque conozco menos reglas y no me importa. Vale notar que si paso del español al inglés con traducción automática, el resultado es mucho más rico en vocabulario que si escribo directo en inglés, pero también es más aburrido. Mi monólogo interno real es más accidentado, lo que quizá le da ese toque especial.

Quizá sea producto de la rutina. Consumo todo mi entretenimiento usualmente en inglés, pero mi vida diaria es en español. Como consecuencia, mis descripciones y secuencias de acción suelen ser mejores en inglés, pero al escribir conversaciones y particularmente “efectos de sonido”, las verdaderas perlas las descubro en español. No es loco imaginar que el cerebro en realidad utilice ambos en paralelo, combinando las fortalezas de cada idioma para gastar la menor cantidad de energía posible. Eso explicaría el famoso Spanglish de todos los bilingües—la capacidad de olvidar conceptos que sabés desde los cinco años en mitad de la frase, y reemplazarlos con otro idioma inconscientemente.

Sería interesante escribir un proyecto de esta manera. Como parte del proceso de reflexión, me había planteado agarrar una idea y desarrollar un pequeño cuento en cada idioma, para comparar cómo funcionaba el proceso de escritura con cada uno1. También podría escribir diferentes partes de la historia en diferentes idiomas, para investigar especialmente mis debilidades, como un cuento descrito en español con diálogos en inglés. Obviamente después debería traducir a ambos idiomas, para comparar qué funcionó mejor. Quién sabe, capaz que tenga algún uso para Polylang después de todo.

  1. Aún no lo hice, obviamente. Cumplir con fechas límite es difícil cuando es uno mismo el que las fija. ↩︎

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